
Los educadores dejan huellas en muchos de sus alumnos.
FOTOS: ROBERTO BARRIOS
Los educadores dejan huellas en muchos de sus alumnos.
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Los educadores dejan huellas en muchos de sus alumnos.
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Los educadores dejan huellas en muchos de sus alumnos.
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Los educadores dejan huellas en muchos de sus alumnos.
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Pero a pesar de esto hay personas que recuerdan con amor su apoyo a la educación panameña, tal el caso de Julia Villarreal quien sirvió durante 40 años en diferentes centros escolares y que hoy con tan solo cerrar sus ojos parece escuchar las voces de aquellos niños que una vez instruyó.
Ella recordó entre sus lagunas mentales, propia de su avanzada edad, que desde niña observó a su maestra en un pequeña escuela de Dolega en Chiriquí y siempre le decía a todos “cuando yo sea grande enseñaré a los demás”, sueño que cumplió.
Con una experiencia de cuatro décadas de enseñanza, Julia ha visto cómo la educación en Panamá se ha modernizado, pero el respeto y el amor casi de familia que sentían los estudiantes por sus profesores se perdió en el tiempo, lo que deja mucho que desear.
Ahora esta educadora después de ver más de 20 generaciones graduarse, pasa sus días en el Asilo Bolívar, donde cada vez que puede conversa con sus compañeras de su labor realizada.
Hoy se celebra el Día del Maestro en Panamá y DIAaDIA quiso resaltar la labor de estos grandes profesionales que en silencio educan a muchos profesionales y muchos de ellos llegan a ser como los segundos padre de cada estudiante que se alimenta de su saber.