HISTORIA
Recuerdos

Redacción | DIAaDIA

Hoy, después de tantos años, me pasa lo que a tantos: extraño esos días de niño, cuando la Navidad era tan alegre, tan llena de luz, cuando el problema más grave era que la pistola de salva no disparaba bien, cuando no había angustias por la falta de dinero (al menos yo no la tenía), y la casa entera olía a jamón. Sí, digo como muchos, ¡qué no daría por volver a ser joven!

Veo a mis hijos, y me pregunto cuándo ellos empezarán a sentir lo que yo ahora. Hoy no se dan cuenta del tesoro que tienen, que ser niño o niña es tan fresco, tan liberador. No sé por qué quieren vivir tan rápido, por qué quieren dejar de ser jóvenes para ser adultos.

Recuerdo aquellos años, cuando mamá resolvía todos los problemas. Nunca me pregunté de dónde salía la comida ni los juguetes que, aunque sencillos y de pobres, me llenaron de alegría.

¡Ah, la Navidad! Era un tiempo en el que no importaba el mal tiempo, ni las crisis, ni la política. Sólo importaba el aroma del pino, del clavito del olor y la música.

Mamá tuvo mucho que ver con eso. Ahora me dio cuenta de que ella impidió en todo momento que la tristeza se instalara en casa, y se desvivió por complacer nuestras fantasías. Un día, hasta logró que una vecina se hiciera pasar por la secretaria de Santa Claus, porque alguien me había hecho llorar con la información de que el tipo no existía.

Hoy, cuando los muchos problemas me están agobiando, pienso en esos días y vuelvo a reír. Por eso visitaré a la vieja en su casa y la besaré para darle las gracias.

Ciudad de Panamá 
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