Petaquilla: la mina de la discordia
Los campesinos quieren dejarles algo de herencia a sus hijos. (Foto: Didier Hernán Gil/Cortesía ANCON y ARCHIVO / EPASA)

Didier Hernán Gil | DIAaDIA

Piden cuentas claras para asegurar su futuro. Ese fue el sentir de los dirigentes de las comunidades aledañas al proyecto minero de Petaquilla, pues aunque no se ha iniciado la extracción de oro, consideran que el futuro de las poblaciones es incierto, pese a los beneficios que la compañía les ofrece a través de obras sociales.

SECUELAS Y REACCIONES

El cambio de mentalidad entre los campesinos se empieza a notar, debido a la generación de dinero frente a la pobreza de las comunidades.

Se pudo conocer que la mayoría de estas poblaciones se dedica a la agricultura y ganadería. Por esta última actividad, los trabajadores cobraban B/.5.00 diarios, pero con el proyecto esos jornaleros se han desplazado hacia este sector, ya que están cobrando B/.10.00 por día.

Es por eso por lo que los dirigentes consideran que "primero se está perdiendo el desarrollo de la actividad y los pocos ganaderos son obligados a vender sus reses. Nadie quiere ganar cinco dólares al día. Para ellos, la pregunta del millón es, ¿qué pasará después de diez años cuando el proyecto minero se haya desarrollado? ¿Se acabará con toda la pobreza de la región?

Situaciones como estas han ocasionado división entre los moradores y dirigentes comunitarios.

HAY DUDAS

Juan Valdés, líder de la Coordinadora Campesina Por La Vida, manifestó a DIAaDIA que no se ha dicho todo sobre esta obra de gran impacto en la comunidad. A su criterio, no se han hecho todas las consultas necesarias con el pueblo. "Nosotros, como gremio organizado, estamos en contra del proyecto minero, porque vemos beneficios para los ricos y no para los pobres", destacó.

Afirmó que al mes recorre unas 20 comunidades y en su mayoría coinciden en que algo no está bien, ya que "se habla de la extracción de oro, pero ¿qué pasará con los otros minerales y recursos maderables? Hay que hablar claro ya", sugirió.

Denunció el envenenamiento de peces y camarones que mueren en las riberas del río Molejón. Admitió que Petaquilla les está ayudando; no obstante, recalcó que "simplemente eso es para entretener a la gente y decirle te voy a dar esto para que te calles la boca".

Lamentó que este proyecto haya incidido hasta en el rompimiento de los lazos familiares de las comunidades que se oponen y las que apoyan el desarrollo de la mina.

Por su parte, Mario Julio, asesor de Desarrollo Social de Petaquilla, manifestó que no puede haber envenenamiento por parte de esta empresa, pues aún la extracción de oro no se ha iniciado. Estimó que puede ser que existan mineros nocturnos, que están entrando al área, y están contaminando el agua con químicos.

En medio de estas posiciones, el señor Patrocino Morán comentó que por dos años se dedicó a sacar oro con una batea en los bajos de Petaquilla y en el río San Lucas de Coclé del Norte, y aseguró que nunca hubo peces muertos. Subrayó que para esta actividad artesanal no se requiere del uso de químicos como el cianuro para la limpieza del oro.

Miembros de Petaquilla dijeron a la comunidad que las muestras de oro que han obtenido han sido tratadas dentro de un laboratorio y solicitaron que cualquier auditor que se acerque al proyecto para verificar esta situación y también diga lo mismo.

En tanto, Julio añadió que los problemas que han ocurrido en otros países con los proyectos mineros no pueden ser los mismos en Panamá. Además, que en Petaquilla han considerado una serie de técnicas internacionales que han sido incorporadas al proceso de explotación minera.

Por su lado, la ambientalista Raisa Banfield, expresó que el contrato ley 9 de 1997, que hace una concesión de 13 mil 600 hectáreas a la minera Petaquilla S.A., es lesivo al Corredor Biológico Mesoamericano (Franja boscosa de México a Darién), en el que se encuentra el proyecto minero. Enfatizó que se calcula que en el mundo sólo hay un 7% de bosques tropicales húmedos y Panamá forma parte de esta zona privilegiada.

Consideró que el negocio de la minería a cielo abierto jamás sacará a las poblaciones aledañas de la pobreza, y "eso se ha comprobado en países como Chile y la región de Centroamérica".

Ante estos señalamientos, Julio explicó que los ambientalistas hablan del Corredor Biológico Mesoamericano como si fuera una carretera intacta, pero sabe que se ha visto intervenido a lo largo de Centroamérica.

"Nos acusan de dañar el Corredor Biológico Mesoamericano, pero es inexistente y se trata de un concepto", dijo. Narró que dentro de la empresa minera se impulsa la creación de una reserva forestal de unas 100 mil hectáreas. A su criterio, los ambientalistas deberían estar gestionando este tipo de actividades en otras partes del país para proteger la biodiversidad.

Al ser cuestionado sobre el no pago de impuestos, a pesar de que el proyecto minero se está desarrollando, detalló que "nosotros no estamos activos, por lo tanto, no podemos pagar impuestos". Alegó que se pagan cánones superficiales al Estado, y el Gobierno, a través de las distintas normas presupuestarias, asigna esos fondos para los proyectos sociales que se ejecutan en el país. Anunció que la empresa contribuirá con las regalías que el Código Minero establece como obligación para la actividad.

Se informó que actualmente se han devastado unas 60 hectáreas de bosques, de unas 98 que son utilizadas para las instalaciones de las minas, carreteras de accesos y caminos dentro de la empresa en un lapso de 12 años. Sin embargo, tienen un límite de 100 hectáreas para ser derrumbadas.

En cuanto a qué sucederá con los moradores y trabajadores después de doce años en la mina, expresó que la compañía y el Estado están en el diseño de un plan de desarrollo sostenible, no solo cuando no exista minería, sino paralelamente al desarrollo de este proyecto.

Estos planteamientos fueron hechos durante una reunión que se desarrolló en la comunidad Miguel de La Borda, en Donoso, provincia de Colón. El próximo encuentro será el 14 de diciembre en Coclecito donde se hará el foro público del Estudio de Impacto Ambiental de la mina Petaquilla S.A. que fue presentado a la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM).

En esta discusión participarán miembros de la empresa Petaquilla y grupos ambientalistas como la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ANCON), la Fundación Natura y la Sociedad Audubon de Panamá.

OBRAS SOCIALES

Según los voceros de Petaquilla, entre los beneficios que se han hecho a estas poblaciones están las adecuaciones al Hospital de Coclecito, con un helicóptero disponible para cualquier emergencia, el programa de Comidas Calientes en las 52 escuelas del distrito de Donoso. Además de becas y bolsas de alimentos secos a las familias.

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