
Cuando pensaban que todo volvería a la normalidad, hubo otra inundación.
Fotos: MILERICK ALVENDAS
Cuando pensaban que todo volvería a la normalidad, hubo otra inundación.
Fotos: MILERICK ALVENDAS
Cuando pensaban que todo volvería a la normalidad, hubo otra inundación.
Fotos: MILERICK ALVENDAS
Comunidad musulmana llevó donaciones.
Impresionante la furia de El Chorro de La Chorrera.
Cuando pensaban que todo volvería a la normalidad, hubo otra inundación.
Fotos: MILERICK ALVENDAS
Comunidad musulmana llevó donaciones.
Impresionante la furia de El Chorro de La Chorrera.
Cuando pensaban que todo volvería a la normalidad, hubo otra inundación.
Fotos: MILERICK ALVENDAS
Comunidad musulmana llevó donaciones.
Impresionante la furia de El Chorro de La Chorrera.
Cuando pensaban que todo volvería a la normalidad, hubo otra inundación.
Fotos: MILERICK ALVENDAS
Comunidad musulmana llevó donaciones.
Impresionante la furia de El Chorro de La Chorrera.
Cuando pensaban que todo volvería a la normalidad, hubo otra inundación.
Fotos: MILERICK ALVENDAS
Comunidad musulmana llevó donaciones.
Impresionante la furia de El Chorro de La Chorrera.
Por segunda vez en menos de una semana, los habitantes de El Trapichito y de la barriada La Revolución en La Chorrera sufrieron los embates de la crecida del río Caimito.
Desde las 3:00 a.m. de ayer, personas que habitan en estos y otros puntos de la ribera del río Caimito no pudieron dormir por la lenta subida de este afluente que nace en las montañas de Capira.
En un recorrido cerca de las 6:00 a.m., el río se salió de su cauce y tapó parte de la carretera del conocido sector de El Trapichito sin que nadie pudiera detener la crecida.
Muchos curiosos, que desde muy temprano se arriesgaron a llegar al lugar, observaron cómo la fuerza de la naturaleza arrastraba todo a su paso y amenazaba el agua con saltar el puente sobre el río Caimito.
Al menos 25 familias vieron sus vidas en peligro en el sector de La Revolución Final y El Pantanal y tuvieron que esperar a que amaneciera en la parte de afuera de sus casas, porque el río amenazaba con llevarse lo poco que les quedó de la primera inundación y con lo que les donaron durante esta semana.
Jesús González, residente de El Trapichito, pidió a las autoridades una pronta reubicación porque pasaron toda la noche en vela por la amenaza que representaba para sus vidas la nueva crecida del río Caimito.
También culparon a una fábrica de bloques que construyeron a un lado del río y detrás de sus casas lo que ha ocasionado que el río cambie su curso, por ello piden al alcalde que elimine el permiso a esta empresa.
El ministro de Vivienda, José Domingo Arias, sostuvo que están realizando un censo para determinar quiénes son las personas o familias que requieren de una reubicación porque actualmente residen en áreas de fácil inundación. Dijo que se están contemplando varios puntos donde pudieran ser llevadas estas personas.