Una profesora con vocación. Teodora Marquínez es docente de Español en el Instituto Nacional, y una de las cosas que más ama es enseñar a sus estudiantes el valor del arte. Y es que ella, desde el 2003, está a cargo de la Embajada Cultural de este plantel, que está formada por 14 grupos, en donde atiende a más de 300 jóvenes y no todos son cuadros de honor, pero sí chicos que tienen talentos. Ellos practican actividades como el conjunto folklórico, la Estudiantina, coral poética, bailes de antaño, flamenco, danza indostana, árabe, tango, modelaje, danza cristiana, danza kuna, la banda de música, entre otras.

Después que termina la jornada de estudios, Teodora y los estudiantes acuden al salón de la Embajada Cultural en donde cada quien toma su esquina para practicar.

Una de las satisfacciones que siente la educadora es ver la emoción de los estudiantes después que hacen una presentación. "Los jóvenes son personas que necesitan de los adultos para que se les oriente para ver cuál es su talento", dijo Teodora.

Al llegar a la oficina de la docente, estaban los estudiantes almorzando para ir a sus prácticas. Llamó mucho la atención que el salón está decorado con objetos folklóricos, con polleras de distintos diseños y otros artículos que utilizan los estudiantes.

Mientras que en la planta baja, en otro salón, estaban los estudiantes de la Estudiantina practicando. Ellos estaban solos, pero cada uno sabía qué papel jugaba en el grupo y lo que tenía que reforzar para ser mejor.

Teodora explicó que tienen estudiantes con un promedio de 3.5 y son excelentes bailarines. "Como educadora me siento satisfecha de tocar la vida de esos estudiantes para que aprendan cosas nuevas y buenas. Después, estos jóvenes se acordarán de los docentes que marcaron su vida y es donde entra nuestra función de enseñar", destacó Teodora.

SUGERENCIA

Los estudiantes no deben sólo estudiar, sino participar de actividades culturales, que son gratificantes.