
Isaac St. Rose donquea para el equipo de La Cinta Costera.
Fotos: Archivo
Isaac St. Rose donquea para el equipo de La Cinta Costera.
Fotos: Archivo
Isaac St. Rose donquea para el equipo de La Cinta Costera.
Fotos: Archivo
La familia tiene la oportunidad de compartir con el baloncesto.
En la mayoría de los juegos el lanzamiento de honor lo hace una figura de una entidad o institución invitada.
Jugadores de gran nivel participan en la LBI.
Gustavo Waith, organizador de la liga.
El cuerpo arbitral, de gran experiencia, es reconocido por FIBA.
Isaac St. Rose donquea para el equipo de La Cinta Costera.
Fotos: Archivo
La familia tiene la oportunidad de compartir con el baloncesto.
En la mayoría de los juegos el lanzamiento de honor lo hace una figura de una entidad o institución invitada.
Jugadores de gran nivel participan en la LBI.
Gustavo Waith, organizador de la liga.
El cuerpo arbitral, de gran experiencia, es reconocido por FIBA.
Isaac St. Rose donquea para el equipo de La Cinta Costera.
Fotos: Archivo
La familia tiene la oportunidad de compartir con el baloncesto.
En la mayoría de los juegos el lanzamiento de honor lo hace una figura de una entidad o institución invitada.
Jugadores de gran nivel participan en la LBI.
Gustavo Waith, organizador de la liga.
El cuerpo arbitral, de gran experiencia, es reconocido por FIBA.
Isaac St. Rose donquea para el equipo de La Cinta Costera.
Fotos: Archivo
La familia tiene la oportunidad de compartir con el baloncesto.
En la mayoría de los juegos el lanzamiento de honor lo hace una figura de una entidad o institución invitada.
Jugadores de gran nivel participan en la LBI.
Gustavo Waith, organizador de la liga.
El cuerpo arbitral, de gran experiencia, es reconocido por FIBA.
Isaac St. Rose donquea para el equipo de La Cinta Costera.
Fotos: Archivo
La familia tiene la oportunidad de compartir con el baloncesto.
En la mayoría de los juegos el lanzamiento de honor lo hace una figura de una entidad o institución invitada.
Jugadores de gran nivel participan en la LBI.
Gustavo Waith, organizador de la liga.
El cuerpo arbitral, de gran experiencia, es reconocido por FIBA.
Acá en la capital, había dos chicos profesionales picando una pelota y lanzando a la canasta en la cancha Soberanía. De repente, una idea maravillosa hizo explosión en las mentes de estos dos panameños. Fue como una clavada de poder que llenaría de alegría a los amantes del deporte del aro y el balón en Panamá: la Liga de Baloncesto Invernal (LBI).
“Estábamos jugando varios ‘pasieros’ (amigos) y se nos vino a la mente formar una liga donde todos los barrios sacaran su equipo para que jugaran”, así definió Gustavo Waith el momento en que por primera vez la idea de la LBI estaba en el aire. “Yo aproveché que como trabajaba en un banco, conozco mucha gente, y mi amigo Ernesto Fernández también”, adelantó el que hoy lleva el título de organizador de la única alternativa para que los canasteros criollos puedan mostrar su poderío.
En busca de patrocinadores
Como se dice por ahí: “Nadie vive de pajaritos preñados”. Pues eso lo tienen muy claro estos chicos, ya que la idea solo era el principio de lo que sería una lucha constante para conseguir patrocinadores que confiaran para poner en marcha la LBI.
“Tocamos muchas puertas y nos las cerraban en la cara, pero nosotros seguimos intentándolo porque creíamos que se podía”, de esa manera describió Waith el difícil proceso de buscar empresas que por lo menos se sentaran a hablar con ellos.
Después de mucho caminar, compañías como Gatorade y Ciclón, fueron la únicas que se comprometieron a dar, por lo menos, el producto para los partidos.
“Ya eso era un avance”, recuerda el organizador de la LBI.
Además, algunos políticos también se mostraron interesados y apoyaron económicamente.
Convocatoria por “chat”
Con el poco recurso que se tenía, ahora llegaba el momento de hacer las conexiones para que se conformaran los equipos.
Como dato curioso, en la historia de las ligas panameñas, la LBI se formó gracias al “chat” de celular.
“Comencé a mandar redes (mensajes masivos) a todos los amigos de los diferentes barrios para que nos reuniéramos”, dijo el directivo.
Fueron 16 los equipos que formaron parte de la primera edición de esta liga, entre los que figuraron los equipos de La Sabana (campeón 2011), Calle P, Betania, Río Abajo, El Dorado, Villa Cáceres, RCM, entre otros.
Para que las nuevas figuras del baloncesto local tuvieran una oportunidad y que no fueran los mismos de siempre, uno de los requisitos primordiales del certamen fue que solo se permitían dos refuerzos por equipo.
“Los refuerzos son exjugadores del extinto Circuito de Baloncesto Superior (CBS) o seleccionados nacionales; a eso nos referíamos con refuerzos”, explicó Waith.
No fue hasta el segundo año del torneo que permitieron tres refuerzos.
Reconocimiento
A pocos días de que arrancara la liga en el 2011, con los anuncios ya en los diferentes medios de comunicación, pasó algo inesperado.
“Recibimos una llamada de la Federación Panameña de Baloncesto (Fepaba), donde nos preguntaban que quién nos reconocía a nosotros”, declaró en tono irónico el joven emprendedor.
Waith y Fernández se sintieron desesperados en ese momento, pero le buscaron una solución.
“Hablamos con ellos, llevamos un abogado y todo. Al final, nos dijeron que podíamos hacer el torneo, pero que era solo de carácter recreativo”, recuerda Waith con cierta tristeza, ya que ninguna de las dos federaciones nacionales tienen, en este momento, una liga vigente en la ciudad capital.
Nivel de los jugadores
Algunos dicen que la LBI es un torneo que viene a reemplazar al CBS; otros, que el nivel es bueno, pero lo cierto es que exseleccionados y seleccionados panameños, así como juveniles, son parte de esta liga.
Figuras como Luis Henríquez (selección Sub-16), Briant White, Enrique Grenald (hijo), Isaac St. Rose, Milciades Alfaro, Gonzalo Ortiz, Randy Lay, Favio Gómez, entre otros, son algunas de las figuras que han salido a representar las seis letras en torneos internacionales.
Los juegos, en su mayoría, se dan en el gimnasio Eugenio “Yuyín” Luzcando de Betania, gracias a que es una cancha céntrica y muy segura.