Siempre ten presente que: la piel se arruga, el pelo se vuelve blanco, los días se convierten en años...
Pero lo importante no cambia, tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
Detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés vivo, siéntete vivo.
Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas...
Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón.
Pero ¡¡¡nunca te detengas!!!
Estas son palabras sabias de una mujer que lo dio todo, que vivió vestida casi de harapos, que no supo lo que era estar "fashion", ni bailar un vals, ni salir de "shopping".
Se trata de alguien que, efectivamente, inspiró respeto y no lástima, aunque vivió siempre entre los desvalidos y aquejados por las peores enfermedades.
Ella es la madre Teresa de Calcuta. Si la conociste, sabes que nunca debes detenerte.
|