El entrenador Larry Brown regresó al Palace de Auburn Hills para encontrarse con un ex equipo más completo que el que dejó, y con unos jugadores que le dieron también una lección de respeto y cariño.
Los Pistons de Detroit confirmaron su condición de ganadores al vencer 106 por 98 a los Knicks de Nueva York, que ahora dirige Brown para mantenerse con la mejor marca de la liga.
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