La atención es necesaria

Respuestas del menor luego de la catastrofe


Denis Russo Calderón / Estudiante de Psicología - Universidad de Panamá -

La respuesta, aunque no sea inmediata, siempre presentará características que nos permitirán describir el tipo de respuesta que nos está dando. No siempre es de manera negativa, pues hay adolescentes que responden poniéndose en disposición para ayudar a vecinos o recibiendo la ayuda en centros de acopio y no debemos negarle que ayude, siempre y cuando su vida no se ponga en peligro nuevamente.

En una segunda etapa de respuesta se puede dar que el menor se muestre más exigente, irritado y con regresiones como mojar la cama cuando antes no lo hacía o volver a dormir en la cama de un adulto.

La etapa final es la reconstrucción, la familia intenta reconstruir sus vidas tanto en el plano externo (casa, trabajo, amigos, familia) como en la interna (sentimientos, emociones y pensamientos), lo que no es sencillo hacer ni para adultos ni para los menores. Esta etapa puede durar meses y/o años.

Segunda etapa

Podrían recrear el evento traumático en juegos. Es un mecanismo de defensa.

Pueden aparecer pensamientos mágicos o cambiar el final de la verdadera versión de lo acontecido.

Es muy común que aparezca el sentimiento de culpa, por lo que en todo momento debemos hablar con ellos.

Pueden presentarse insatisfacciones si no se reconstruye su estructura social (vivir en albergues,…)

Pueden perder interés en actividades sociales que antes disfrutaban.

¿Qué hacer?

Hay que estar anuentes a que son situaciones en la que los menores sienten miedo.

Hable con ellos y explíqueles de la mejor manera lo que está sucediendo y lo que pueda suceder.

No sirve de nada minimizar la situación, de hecho es mejor y menos complicado explicar la situación tal cual como es.

Que se expresen

Permitan que los menores expresen sus sentimientos o pensamientos y háganles ver que es más normal de lo que ellos piensan. Proyécteles la seguridad que ellos necesitan.

Es recomendable que no solo se sienten a conversar sobre el desastre y de lo que van a hacer después del evento, sino también que sientan la atención de sus padres y puedan hablar abierta y tranquilamente de otras cosas sin caer en evitar el tema del desastre o en hacer actividades para pasar el tiempo.

Si son adolescentes, las constantes furias serán normales. Su respuesta dependerá mucho de la edad y madurez del sujeto, pero también dependerá de cómo el adulto responsable le haga frente a estas respuestas.

Estén pendientes a lo que los medios de comunicación publiquen y a las imágenes por televisión, ya que puede causar que el menor vea imágenes impactantes que le creen ideas falsas o miedos que los afecten (afectados indirectos).