La enfermedad es un riesgo que corre todo ser humano a lo largo de la vida y en algunas ocasiones, es diagnosticada como terminal, es decir, su fin está determinado únicamente por la muerte. Por ello, tanto el paciente como su familia sufren anticipadamente las consecuencias físicas y psicológicas derivadas de este fatal diagnóstico, que muchas veces tratan de ocultarle a los más pequeños por temor a su reacción, desconociendo por completo que se necesita una adecuada orientación para este tipo de casos.
Los niños, de alguna manera, perciben que ocurre algo en su medio ya sea por lo que escucha o ve en el lenguaje corporal de los adultos: cabezas agachadas, caras de tristeza, secarse lágrimas, etc.
Considere
El concepto de muerte que maneje el niño depende de la edad que tenga. Para el de un año el siginificado es nulo.
Ansiedad
El niño la percibe, así como las emociones que expresan sus padres.
El desarrollo emocional del pequeño: Observe si el niño es capaz de conocer sus propios sentimientos, estar en contacto con ellos, además de poder proyectarlos y relacionarse positivamente con los demás, ya que estos factores intervienen en su intelecto y le ayuda a una mejor comprensión.
El grado de apego que tenga el niño con la persona que sufre la enfermedad: No es lo mismo que se le explique que su mamá gravemente enferma que un tío que nunca ha visto en su vida.
La cultura aprendida por el niño: Podemos mencionar específicamente las creencias religiosas.
Un diagnóstico de enfermedad terminal en un familiar puede traer depresión y pocas ganas de estar activo. Pese a esto, es esencial tratar que el niño sienta que sus padres están ahí para él, para jugar, hacer las tareas o salir a pasear.
Es difícil, pero es una forma de que el niño sienta menos pesada la realidad y contribuye a una mejor calidad de vida con la persona enferma.
Hay que tener en cuenta que los niños harán preguntas referentes a la muerte que nos harán sentir incómodos y no sabremos cómo responder. Es preciso sentarse y pensar qué puede preguntarnos el niño y las respuestas que podemos darles.
Aclare las ideas erradas que pueda tener
Es importantísimo que usted tenga presente que a los niños siempre debe hablárseles con la verdad por más doloroso que sea. Al hacerlo, les aclaramos cualquier pensamiento erróneo que puedan estar imaginando y que pueda llevarlos a sentirse culpables.
También le damos la oportunidad que puedan expresarse con palabras o emociones y no se estanquen.
Es inevitable en algunos casos, los llantos y enojos. Recordemos que pueden responder de cualquier manera.
Trate que las cosas en casa se mantengan lo más normal posible con el fin que el niño no perciba cambios tan bruscos en su medio.