Se encontraron con un ambiente aterrador, y no tuvieron que ir a las zonas azotadas por los desastres naturales y el hambre en el mundo.
El escenario de esta historia son las fincas cafetaleras del distrito de Remedios, Chiriquí. Allí abunda la enfermedad, trabajo infantil y malas condiciones de vida. También se encontró a niños y niñas menores de 14 años trabajando junto a sus padres, situación que está prohibida por ley.
Muchos niños estaban en los albergues bajo el cuidado de su hermano o hermana mayor, a la espera de que sus padres regresaran de la jornada laboral para poder comer. Casi todos presentaban un grado severo de desnutrición, parásitos e infecciones en la piel.
Este informe fue presentado por la directora de la Secretaría Nacional para el Plan Alimentario Nutricional (SENAPAN), Teresita de Arias, durante una gira de inspección a dichas fincas.
La funcionaria dijo estar preocupada por esta situación, ya que ha presentado innumerables denuncias en los últimos años contra los dueños de estas fincas; sin embargo, no han mejorado las condiciones de vida de sus trabajadores.
DESAGRADABLE
Los albergues de estas fincas están en condiciones paupérrimas. Hay mucho hacinamiento.
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