¡Mejor que nunca en el 2008!
Ha recibido una bendición de agua del cielo, que lo mantiene suave y verde. Sus
colores negro y naranja le dan un toque de "Casa del Dolor", para quienes lleguen a
tratar de conseguir una victoria.
Más complicado a la hora de sonar jonrones, ya no le dicen el "Olmedito" y hay que pegarle a la pelota con fortaleza para poder despedirla con un beso.
La alegría es única en el béisbol nacional, con guerra de pepita de ciruela, empanaditas calientes y música de carnaval en nueve entradas.
¡Ahhh, y la presencia de la mujer más bella de la República!
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