Ya no saben qué hacer. Hace 17 años el señor Balbino Batista construyó una casa en el sector conocido como Altos del Valle de Urracá, en San Miguelito, pero en los últimos meses su infraestructura sufre serios daños, como rajaduras y grietas, que ponen en peligro a quienes la habitan.

A pesar de ello, su vivienda no está incluida en el grupo de las 200 residencias evaluadas y que se han afectado, producto de las explosiones por la construcción del Corredor Norte y que hace algunos días se determinó a cuánto ascendía la indemnización.

Han sido muchas las veces que los residentes de Altos del Valle de Urracá, La Liberación y Loma Bonita han protestado por este problema, pero a más de 10 meses de estar en la lucha, se suma un nuevo problema. Y es que, según comunicó el vocero de los afectados, Eliécer Plicet, de las 200 casas, 121 están en desacuerdo con la cifra que la junta interinstitucional, encargada de las evaluaciones, determinó que la empresa Constructora Vial debía pagar, pues ellos aducen que es muy poco dinero. La cifra está entre B/.50.00 y B/400.00

A esto se suma la situación del señor Balbino y de las otras seis casas que faltan por inspeccionar, pues ellos casi han perdido la esperanza de ver sus viviendas arregladas y dormir tranquilos, sin pensar que en cualquier momento las paredes pueden colapsar y caerles encima.

Sólo les queda esperar hasta mañana, cuando tendrán una nueva reunión con las autoridades y reciban una respuesta satisfactoria.

INCERTIDUMBRE

200 casas han sido inspeccionadas, pero aún faltan siete familias que esperan una respuesta.