En ocasiones, los momentos difíciles nos acercan más a Dios, puede ser la pérdida de un familiar o algún problema. Una enfermedad también tiene ese efecto, en especial cuando se trata de una como el cáncer, que apenas se menciona se relaciona con muerte, pero para Alberto Salamín no fue así, por el contrario, se convirtió en una oportunidad para buscar fuerzas en ese ser divino, a través de la música.
NOCHES DE ENFERMEDAD
Durante todo el tiempo que Salamín estuvo internado en el hospital luchando contra el cáncer de colon, él no pensaba en ese mal, sino que se dedicó a escribir canciones, su gran pasión, pero no solo tamboreras, sino también alabanzas para Dios.
Confiesa Alberto, mientras aún el sudor recorría su frente luego de estar una hora tocando su guitarra, que de esas noches posee una gran lista de canciones inéditas, que suele presentar durante la Semana Santa en su pueblo, Pesé, en Herrera.
Otros de los frutos fue una misa típica, según Salamín tiene diez años de haberla compuesto.
LA GRAN INTERPRETACION
A pesar de tener una década esta misa, nunca había sido interpretada, hasta hace poco, específicamente el 25 de noviembre, cuando se celebró la fiesta de Cristo Rey. Ese domingo, la iglesia se vio abarrotada. Las mujeres ataviadas con sus polleras y los hombres con sus camisillas engalanaban el lugar. Pudimos conocer que monseñor José Dimas Cedeño quedó encantado con la interpretación.
Ese día no solo era especial porque era la primera vez que se interpretaba esta misa, sino también por el hecho que el coro estaba integrado por grandes, como Sergio Cortez, Milagros Blades, Esthercita Nieto y hasta el propio Salamín. Claro, parte del coro de la iglesia también participó.
CANTA VICTORIA
El rostro de Salamín no solo brilla por alegría, sino también por mejoría, ya que confesó a DIAaDIA que luego de 10 años fue dado de alta del cáncer y ahora sólo está en control.
ÉXITO
Una tamborera a la Rosa Mística es otro orgullo de Salamín y que el padre David Cosca se ha encargado de dar a conocer.
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