Engin Mitre dijo: "el sueño de lograr cosas grandes con el Plaza se ha convertido en una pesadilla".
Vielka Cádiz Franco
| DIAaDIA
Será un duelo diferente y también histórico.
El estadio de Balboa albergará hoy una de las finales más relevantes en el fútbol de la ANAPROF. Se trata del partido entre los equipos de Plaza Amador y Río Abajo que decidirá cuál de los dos jugará la próxima temporada en la primera división.
Este encuentro que se disputará desde las 3:00 p.m. y que promete ser extremadamente reñido, dado el resultado 2-2 del partido de ida, revestirá de un significado especial para uno de los jugadores insignes del reconocido equipo placino como lo es el mediocampista Engin Mitre. Y es que este futbolista, que también ha sido seleccionado nacional, observa con nostalgia esta final que para él puede llegar a ser histórica dada las circunstancias que lo rodean.
El próximo mes de enero, el doctor Engin Mitre cumplirá 10 años en la institución placina y, cuando comenzó, jamás se imaginó que este elenco, que en aquel momento se daba el lujo de ser uno de los mejores en Panamá y que hoy se constituye en el equipo de sus amores, afrontaría este tipo de final en la que no está en juego un título o copa; sino la permanencia en la primera categoría.
Hoy, a este jugador #10, lo estremece el hecho de saber que su adorado equipo está agobiado en una crisis económica y organizativa que lo tiene al borde del descenso.
"Nos preparamos con lo que se pudo porque la mayoría de los jugadores trabaja y no dispone de mucho tiempo para entrenar... los pocos que hemos quedado lo hemos hecho con las garras del león, ya que hemos optado por venir a jugar sólo por cumplir", indicó un pensativo Mitre, quien esta tarde deberá sacar su casta para salvar a su equipo de la catástrofe.
A diferencia de los "Leones" placinos, los dirigidos por Rodney Ramos llegan con buen semblante a la justa. Ellos saben que tienen una gran oportunidad de comenzar a hacer historia en el fútbol local y hoy saldrán con todo a buscar el triunfo.
PREPARACION
Mientras Río Abajo se entrenó con mucho entusiasmo ante la posibilidad de ascender, Plaza Amador lo hizo con dificultades para juntar al equipo, enfocándose en charlas de motivación y toque en espacio reducido.