Los voluntarios trabajan en conjunto, unos reciben las donaciones y otros las empacan (Foto: Hermes González / EPASA)
Viola Guevara Gallimore
| DIAaDIA
Le gusta tender la mano al prójimo. Thalia Bernal tiene 18 años como voluntaria de la Cuz Roja, pero desde su adolescencia participaba en grupos de ayuda a la sociedad.
Thalia es trabajadora social en la Caja de Seguro Social y después que termina su jornada se dirige todos los días hacia la Cruz Roja, que está en Albrook. La voluntaria es parte del grupo de capacitación y emergencias médicas y ayer hizo honor al Día Internacional del Voluntariado, clasificando y empacando las donaciones para los afectados de las inundaciones de Bocas del Toro.
"Me gusta dar primeros auxilios y brindar cursos a los voluntarios", expresó Thalia, quien afirma que, aunque no tenga ninguna remuneración por lo que hace, su mejor paga es la satisfacción de ver que pudo ayudar a alguien necesitado.
Para Thalia, el ser voluntaria es un reto todos los días. Ella está tan comprometida con su labor que confesó que un día iba en una ambulancia con un paciente hacia el hospital y se quedaron varados, pero no se dejó vencer y junto a los demás compañeros empujó el carro y volvió a arrancar. "Pasamos un susto, pero logramos llevar al paciente", relató con una sonrisa en la cara.
APOYO EN TODO EL PAIS
Al igual que Thalia, existen alrededor de 600 voluntarios de la Cruz Roja en todo el país brindando su ayuda y dándole apoyo a los damnificados por las inundaciones de Bocas del toro y Chiriquí.
El trabajo no es fácil, pero es gratificante, afirmó Thalia, quien dijo que al ser voluntaria se da cuenta de que hay muchas necesidades en nuestra sociedad. Su único temor es no poder contar con las herramientas necesarias para ayudar a alguien en un momento dado.
LOS PEQUEñOS TAMBIEN AYUDAN
No solamente los grandes son voluntarios, Stacy tiene 11 años y lleva una semana como voluntaria en la Cruz Roja, "sólo ayudo a empacar las donaciones, pero me gusta y quiero seguir haciéndolo", manifestó la niña.
Ella llegó al lugar porque su padre también es parte del grupo, "siempre escuchaba las historias de mi padre y quiero vivirlas también". Al igual que Thalia, Stacy desea ser una líder que ayude a los demás.
COMPROMETIDOS
La Cruz Roja de Albrook cuenta con 100 voluntarios, los cuales están ayudando a empacar donaciones.