Todas las noches, al dormir, es cuando más se siente triste por la ausencia de sus hijos.

Mitzela Chávez es madre de cinco niños y también se hizo a cargo de su sobrina, quien tiene año y medio, y a quien quiere como su propia hija.

Cuando creyó que todo iba bien, y a pesar de estar en un lugar desconocido, la vida le hizo una mala jugada: las autoridades le arrebataron a sus hijos porque creyeron que estaban abandonados mientras ella trabajaba en una casa de familia.

Ella emigró de San Félix, en Chiriquí, a raíz de que pasaba mala vida junto a su esposo. Impulsada por los deseos de superación, por conseguir un empleo para poder darles mejor calidad de vida, se arriesgó a venir, en mayo, a la ciudad capital.

Luego de dos meses de laborar en una casa de familia, fue a su tierra natal y, con ayuda de una trabajadora social, se trajo a sus seis hijos a vivir a Las Garzas de Pacora.

El viernes, después de más de un mes de no verlos, por fin pudo visitarlos en el Centro "Creo en Milagros", ubicado en la 24 de Diciembre. Con toda la alegría del mundo y la emoción por ver a sus hijos, Mitzela madrugó para prepararles macarrones con pollo. También les llevó manzanas y jugos.

Al entrar a donde estaban sus niños, Joel Enrique, de 11 años, su primer hijo, la abrazó y le expresó que era una sorpresa enorme verla. Luego de pasar cinco horas junto a los niños, Mitzela tuvo que regresar sola a su casa. Ahora ella está dispuesta a luchar por sus retoños y mañana comenzará a trabajar para ofrecerles de manera humilde más comodidad a sus hijos.

Teme pasar el Día de la Madre sin ellos.