La semana pasada estaba en un supermercado en San Miguelito, eran cerca de las 10 de la noche, cuando veo a un niño todo sucio, con la cara triste y agachado en la entrada del establecimiento.
La imagen me causó tanto dolor, que decidí acercarme y preguntarle al seguridad que estaba al lado de él, si el pequeño estaba solo.
El seguridad me responde que no sabía, es más, ni siquiera se había dado cuenta de que el menor estaba prácticamente tocándole los pies.
Procedo a preguntarle al menor y este muy triste, con la voz casi quebrada, me responde: "No, mi mamá está en el súper, ya estoy cansado de estar esperando", wao mi corazón quedó hecho añicos al escuchar al pequeño. Dios sabe cuánto tiempo estaba aguardando con frío.
Trate de divisar a la mujer, pero fue imposible. Observé si el restaurante estaba abierto para comprarle una comida, efectivamente lo estaba, al dar la vuelta, la madre agarró por el suéter al menor y se lo llevó.
Al ver semejante escena, sentí un gran dolor, pues soy una persona a la que este tipo de cuadros les afecta y más cuando hay niños de por medio.
Dios sabe cómo es la vida de este menor, quien tiene que soportar este tipo de abusos por parte de una mujer que no parece haberlo tenido por nueve meses en el vientre, sino que estuviera tratando con su peor enemigo.
No soy madre, y no pretendo serlo por un tiempo, pero estoy segura de que esa no es la mejor manera de tratar a un hijo.
No sé qué está pasando, pues en menos de un mes he visto escenas horrorosas, muchas de ellas en almacenes.
Si no se está preparado para ser madre, simplemente no los tenga y si se presentó el caso, se acepta y se está dispuesto a brindarle todo el amor y cariño que sea posible.