
Con los pocos materiales y mobiliarios, ellos estudian para ser mejores.
Fotos: ROXANA PALACIO
Con los pocos materiales y mobiliarios, ellos estudian para ser mejores.
Fotos: ROXANA PALACIO
Con los pocos materiales y mobiliarios, ellos estudian para ser mejores.
Fotos: ROXANA PALACIO
Vienen de las comunidades indígenas más pobres.
Con los pocos materiales y mobiliarios, ellos estudian para ser mejores.
Fotos: ROXANA PALACIO
Vienen de las comunidades indígenas más pobres.
Con los pocos materiales y mobiliarios, ellos estudian para ser mejores.
Fotos: ROXANA PALACIO
Vienen de las comunidades indígenas más pobres.
Con los pocos materiales y mobiliarios, ellos estudian para ser mejores.
Fotos: ROXANA PALACIO
Vienen de las comunidades indígenas más pobres.
Con los pocos materiales y mobiliarios, ellos estudian para ser mejores.
Fotos: ROXANA PALACIO
Vienen de las comunidades indígenas más pobres.
La escuela Fundación Trabajando por un Futuro Mejor, ubicada en Villa de las Acacias, Calle 2.ª, corregimiento de Juan Díaz, en la fachada parece un local abandonado, sin embargo, al entrar por el portón, se escucha a los niños reír dentro de los únicos cuatro salones.
La fundación es una Institución sin fines de lucro que se mantiene con actividades que organiza la escuela para costear sus gastos y pocas veces reciben ayuda de empresas privadas.
Los salones, las sillas, los pocos muebles que tienen, todo parece mobiliario de oficina arruinado, no tienen cancha para hacer deportes y corren en medio de un monte para divertirse.
Pese a esto, ofrece un programa de educación para niños y niñas indígenas residentes en Panamá y que viven en situación de riesgo social, pobreza o de extrema pobreza.
Nixon Hackin, coordinador de la fundación, dice que vienen luchando hace años por terminar la escuela para poder ofrecerles mejores días a sus niños, para esto realizan actividades, pero el dinero no alcanza.