A la mujer, Dios le dio el privilegio de tener hijos, pero junto con ese privilegio una serie de derechos y responsabilidades.
Ser madre implica sacrificio, dolor, pero también da muchas satisfacciones, alegrías y felicidad, eso dependerá del esfuerzo que se pone en la crianza de nuestros hijos.
En el Día de las Madres, les invitamos a meditar, orar, pedir por las nuevas mamás, para que ellas sepan cuidar y enseñar a sus hijos y no olvidar que la crianza le corresponde a ellas.
Así es, sólo se puede llamar madre a aquella mujer que ha tocado la vida de sus semejantes, guiándolos, comprendiéndolos y, sobre todo, amándolos.
El niño en su hogar aprenderá el respeto, las responsabilidades, la tolerancia, el amor, la esperanza, la confianza. En el hogar se deben impartir los principios morales y la educación. La familia con su amor y ejemplo será la que formará al niño.
Este día es propicio para que los hijos y las madres valoren lo que Dios les ha dado, y si hay algún problema, es el momento de resolverlo y dar gracias a la vida que les dio la oportunidad de ser hijas y de ser madres.
|