Sin miedo ni pena al trabajo
Antonio Rodríguez.

Rubén Polanco | DIAaDIA

Su esfuerzo y dedicación han sido por sus hijos. Y es que hace 21 años, Antonio Rodríguez era un desempleado más en este país, que al ver a su hijo recién nacido y con la obligación de mantenerlo, se lanzó a la calle a ganarse la vida honradamente.

Este señor de 45 años, estableció un puesto de venta de legumbres y frutas en la esquina del edificio de la Lotería Nacional de Beneficencia, en Avenida Cuba con calle 31 Calidonia.

En ocasiones, ha trabajado en construcción, aunque se ha dedicado de lleno a su puesto. Se levanta todos los días desde las 2 de la madrugada para salir de su casa en Arraiján con destino al Mercado de Abastos, donde compra sus productos y luego a las 6 de la mañana empieza a vender hasta las 4: 30 p.m. Trabaja de lunes a domingo, descansa solamente los días feriados.

Admite que el trabajo es cansón, pero sabe que no hay de otra y debe seguir adelante.

Para él no hay día malo, siente que siempre gana, aunque sea poco o mucho. Lo importante es que en su casa no haga falta el plato de comida. A sus clientes les da, además de buen precio, un buen trato para que vuelvan de nuevo.

En el lugar, sus colegas de faena lo conocen como "El Calla'o". Con lo que gana, mantiene y educa a sus dos hijos que aún están en la escuela.

Recomienda a las personas que no tienen trabajo, que busquen aunque sea botando basura. "Muchos salen a robar porque les da pena trabajar, a mí no me importa estar sucio en la calle, si a mi casa llevo el plato de comida", manifestó.

ALGO MEJOR

Antonio desea tener un mejor negocio, ya ha pensado en establecer un pequeño restaurante.

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