La McGiver del fútbol
Stephany Aguilar.

Vielka Cádiz Franco | DIAaDIA

Hay situaciones en la vida que, muchas veces, nos sirven a los seres humanos para madurar y saber que no todo es fácil y que, en ocasiones, es necesario esforzarse y sacrificarse para conseguir lo que se quiere.

Muchas de esas circunstancias que en la mayoría de los casos se presentan de manera inesperada, nos ayudan a aprender cosas nuevas.

Ese es el caso de la seleccionada nacional de fútbol, Stephany Aguilar, quien prácticamente desde su niñez supo lo que era trabajar para ganarse la vida.

Gracias a esas experiencias y vivencias, hoy en día nadie le echa cuento, pues ella sabe muy bien cómo defenderse y salir adelante ante las adversidades.

UNA INFANCIA DIFICIL

Cuando apenas tenía tres años de edad, Stephany, quien nunca fue reconocida por su padre, perdió a su madre. La niña fue recogida por su tía Ceila. Posteriormente, se fue a vivir con su abuela a la distanciada comunidad de Costa Arriba de Colón, en el distrito de Miramar (a tres horas de la ciudad).

LO POSITIVO DE TODO

En ese lugar donde las personas acostumbran a trabajar desde temprana edad, "Fany", como la llaman sus más cercanos conocidos, comenzó a laborar desde que tenía aproximadamente 13 años, y poco a poco fue aprendiendo diversas faenas, como de construcción y soldadura, gracias a la ayuda que le brindó el señor Juan Batista, a quien ella llama su tío. Cuando su abuela falleció, se fue a vivir donde la tía Delfina. En ese entonces, camaroneaba por las mañanas y asistía a la escuela por las tardes. Cuando se graduó, se dedicó más tiempo a trabajar.

Esos conocimientos adquiridos en aquella época, la han convertido en una joven polifacética, alguien así como una especie de McGiver.

Así como lo escuchan. Esta chica, que desde el año 2002 viene representando a Panamá en las competencias de fútbol, entre las que sobresalen dos Copas de Oro, manifestó que aún no ha conocido ni piensa saber lo que es "morirse de hambre".

Y es que de la misma forma como tiene talento para jugar fútbol, igual se destaca y se defiende soldando verjas, haciendo mezcla, colocando baldosas, armando tubería para pasar agua y pintando casas, sobre todo en esta época de fin de año en que solicitan sus servicios.

La primera de esas habilidades la demostró en el taller "El Nazareno", donde nos llevó. Allí, con la ayuda del joven Elundi Rowe, que facilitó el local, Stephany tomó una máquina de soldar y se puso a confeccionar una verja para una ventana. Luego, nos trasladó hasta la Calle 16, donde se está edificando una obra para una estación de gasolina. Con el permiso del inspector de seguridad, Domingo Alvarado, de la empresa constructora J. Cheng, no tuvo reparo en agarrar una pala y comenzó a hacer la mezcla. Más tarde, llegó el turno para la pintura.

LA FACETA QUE TODOS CONOCEMOS

A los 23 años, Stephany decide independizarse, luego de que conoció a la señora Virginia de Bush, un día en que su tío Juan la mandó para que le pintara la residencia.

De allí en adelante, cuenta que mantuvo su relación con los dueños del club Navy Bay de Colón, y pasó a hacer tareas de mensajería. Es así como también surge su inclusión al deporte del balompié, ya que según reveló, antes sólo lo practicaba como entretenimiento.

En la actualidad, Aguilar sólo se dedica al fútbol, pero está consciente de que la práctica de esa disciplina deportiva en Panamá, no le garantiza un mejor porvenir. Aun así, ella está tranquila, porque piensa que con todas las cosas que sabe hacer, no le será difícil conseguir ese trabajo que le permita seguir subsistiendo. Además, voluntad es lo que le sobra a esta joven, que asegura no tener ningún complejo para volver a agarrar una pala, una brocha, un rodillo o una máquina para soldar, puesto que para ella no hay nada más bonito que ganarse la vida de manera honrada.

STEPHANY, LA FUTBOLISTA

Después de revelar todos sus conocimientos y, cuando las manecillas del reloj ya marcaban las 3: 00 p.m., Stephany procedió a alistarse para cumplir, entonces, su compromiso con el fútbol y específicamente con su club Navy Bay, el cual se viene entrenando desde las 4: 00 p.m. en el estadio Armando Dely Valdés, para el partido de este domingo frente a la ULACIT, por el título del Torneo Clausura 2006.

Con los ojos puestos en alzar la copa, Stephany se dispuso de inmediato a trabajar junto al resto del equipo, con leves ejercicios de calentamiento y, posteriormente, con práctica de tiros al marco y otras jugadas que se extendieron hasta las 6: 00 p.m., cuando el Sol comenzaba a bajar y la Luna a aparecer.

Habiendo conocido, a través del fútbol, a países como El Salvador, Guatemala, Costa Rica y los estados de Seattle, California y Miami en Estados Unidos, esta McGiver colonense no pierde la esperanza de seguir logrando cosas importantes.

DEPORTISTA FIEL

Stephany reveló que el deporte de sus amores es el baloncesto, pero como en Panamá no está organizado, decidió jugar fútbol.

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