Han sido momentos difíciles para Luz Espinoza.
Momentos llenos de tristeza, dolor y sacrificio al lado de Carlos Urrunaga, uno de sus nietos a quien crió desde que apenas tenía 3 años de edad.
Momentos en que abundaron las lágrimas, como aquella vez cuando el propio "Carlitos" tomó la decisión de que le amputaran la pierna izquierda.
"El 28 de diciembre del año pasado fue que operaron a mi nieto. Él mismo fue quien tomó la decisión que lo operaran porque la columna le estaba tomando una mala postura, al tener una pierna más larga que otra. Este fue un defecto que tuvo desde que nació el 7 de septiembre de 1994", explicó doña Luz, mientras abrazaba en su residencia al pequeño Carlos.
"Recuerdo que Carlos me dijo que era mejor que le amputaran el pie izquierdo. En esa noche en el hospital, antes de la operación, lloré como nunca en mi vida, porque Carlos se agarraba su pequeño pie izquierdo y se lo acariciaba, mientras que le decía que se lo tenía que amputar porque no quería crecer. Eso me partió el corazón", agregó.
De repente, "Carlitos" interrumpió la entrevista para dar una declaración llena de mucho valor.
"Quiero aclararte que yo le di una oportunidad a mi pie izquierdo para que creciera y no quiso. Por eso fue que decidí que me lo amputaran", comentó el pequeño de 13 años.
PASAJES IMBORRABLES
Las lágrimas tomaban forma de testimonio silencioso en los ojos de doña Luz, mientras que recordaba aquel instante cuando "Carlitos" perdió la vista en su ojo derecho, cuando apenas era un bebé.
"Lo de la pérdida de la vista fue difícil. Recuerdo que una vez lo llevé a un hospital para que le examinaran la vista por cierta cantidad de dinero, y luego me dijeron que por ese dinero no lo podían examinar. Al final no me devolvieron la plata y me puse a llorar. De repente, Carlos, que apenas tenía cuatro años, me dijo que no llorara más, que cuando Cristo viniera le iba a dar un cuerpo nuevo", enfatizó.
Mientras seguía revelando palabras que salían del corazón, doña Luz recibió otro abrazo de amor de su pequeño nieto.
"Dios me ha dado muchas fuerzas para que siga luchado al lado de Carlos. Yo me levantaba en la madrugada para preparar el desayuno, dejaba a Carlos en la guardería y luego iba a mi trabajo. Cuando salía del trabajo iba a buscarlo y lo cargaba con todo y su bota pesada para ir a la casa. Han sido momentos duros, pero gracias a Dios, tengo un nieto maravilloso", acotó.
PALABRAS DE FE
Tres medalla de oro salieron a relucir en la entrevista. Eran del pequeño Carlos, quien las había conquistado el pasado mes de noviembre en los I Juegos Estudiantiles Centroamericanos para Personas con Discapacidad CODICADER 2007, que se habían realizado en Guatemala.
"Carlos siempre me ha dado ánimo para que sigamos luchando. Por esa razón es que le envió un mensaje a todas las madres, para que no vean a su hijo como discapacitado, sino como especiales. Invito a las madres para que no abandonen a sus hijos especiales y que lo apoyen con el corazón porque al final siempre ellos cosecharán grandes frutos que nos llenarán de felicidad, como lo ha hecho mi pequeño Carlos", precisó.
Un beso lleno de amor, combinado con un fuerte abrazo, le pusieron un punto final a la entrevista.
DEL CORAZON
"Carlos es una bendición para mí porque ha sido mi compañero desde pequeño. Carlos es una bendición de Dios".
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