No hubo queja, pues las madrecitas del corregimiento de Pueblo Nuevo hasta estufa con horno llevaron para la casa.

La entrega de los premios este año en el homenaje a las madres residentes en este populoso sector, estuvo de lujo. Desde tempranas horas de la tarde, el gimnasio José María de La Ossa se vio abarrotado de cientos de niños, quienes junto a sus madres fueron el centro de atracción por una noche.

La velada estuvo llena de sorpresas, como la participación de un trío de cuerdas y conjuntos de "abuelitos" que demostraron sus destrezas en el baile y canto.

Nadie quería irse sin un premio y eso lo pudimos comprobar con la agilidad con la que las madrecitas se preparaban para cada competencia, donde cantaron, bailaron y hasta regalaron besos, con tal de llevarse uno de los casi mil premios que sorteó la gente de la Junta Comunal. Con cada minuto que pasaba crecía el suspenso, porque los mejores premios estaban al final y las ansiosas madrecitas no perdían el tiempo para salir "como alma que lleva el diablo" a recibir su regalo, antes de que contaran hasta tres.

Hasta las más veteranas movieron el esqueleto, con la contagiosa música que amenizaba la actividad, mientras esperaban el refrigerio que también estuvo de primera.

Para la mayoría de las agasajadas, el evento estuvo de lo mejor, pues comentan que no esperaban que se rifaran tantos premios, ni que fueran tan buenos.

REGALOS

Parecían las madrecitas quienes se batieron a duelo por uno de los codiciados regalos.