HISTORIAS
Antes de ser mamá

Redacción | DIAaDIA

Me dormía tarde, tan tarde como quería, y jamás me preocupaban las desveladas.

Cepillaba y cuidaba mi pelo, lucía uñas largas y hermosas.

Antes de ser mamá, no dejaba mi tiempo en consultas mensuales con el doctor, ni consideraba siquiera la palabra vacuna.

No tenía que limpiar comida del piso, ni lavar las huellas de pequeños deditos marcadas en los vidrios.

Tenía control absoluto de mi mente, mis pensamientos, mi cuerpo y mi aspecto físico. Dormía toda la noche y los fines de semana eran, totalmente, relajados.

Antes de ser mamá, no me entristecían los gritos de los niños en la consulta médica, no tuve jamás que detener, con lágrimas en mis ojos, una piernita que sería inyectada. Nunca sentí un nudo en la garganta, al mirar a través de unos ojos llorosos y una carita sucia.

No conocía la felicidad total con sólo recibir una mirada. No pasaba horas, mirando la inocencia dormir en una cuna.

Antes de ser mamá, nunca sentí que mi corazón se rompía en un millón de pedazos al no poder calmar el dolor de un niño.

Nunca supe que algo tan pequeño, podía afectar tanto mi mundo.

Nunca supe que podía amar a alguien de ese modo, nunca supe que amaría como una madre.

No sabía qué tan especial me sentiría al alimentar a un bebé hambriento.

No sabía de esa cercanía inmensa entre una madre y su hijo... Hoy no imagino mi vida sin esa pequeña sonrisa pícara y traviesa, sin esa huella de chocolate en la pared, sin escuchar de unos pequeños labios esa palabra corta y larga a la vez: "Mamá".

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