La Conferencia de Viena para avanzar en la prohibición de bombas de racimo concluyó ayer con el acuerdo de 138 países sobre elementos clave, como la asistencia a las víctimas y la destrucción de arsenales de este tipo de armas. Durante la conferencia, Austria se convirtió en el segundo país del mundo, tras Bélgica, que prohíbe en una ley nacional este tipo de arma.
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