No pueden más. Lourdes Salazar tiene 10 años de vivir en calle 23, El Chorrillo, pero ella y otros moradores sufren a diario por los mosquitos que han provocado las aguas negras.

Alegan que el problema es que los ductos del desagüe interno de los edificios están viejos y no se les da mantenimiento, y cuando se tapan, hay desbordamiento. "El agua se riega por toda la calle y desata un desgradable olor que no deja dormir a nadie", denunció.

Afirmó que son tantos los mosquitos que hasta se les introducen en la boca.

Manifestó que están preocupados porque en la calle hay muchos niños recién nacidos y temen que se desate una epidemia.

En tanto, Maritza Murillo, otra moradora, advirtió que cuando las tuberías llegan al tope se sale el agua por los baños de los apartamentos. "A veces me estoy bañando y se desborda el agua en la regadera", afirmó.

Los moradores han avisado a las autoridades, pero no les han dado respuesta.