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La noche de las más bellas

Diamar Díaz Nieto | DIAaDIA

La mujer de cabello blanco y que abnegadamente da su amor, fue agasajada la noche del domingo, cuando se celebró el concurso Esa Cabellera Blanca, que cumplió 35 años de existencia.

Damas de nueve provincias y una comarca contaron sus historias, todas emotivas, pues estas señoras se caracterizaron por darle mucho amor al prójimo.

La primera que fue entrevistada por la gobernadora y creadora de este certamen, Mayín Correa, fue la participante de Bocas del Toro, Antonia Vda. de Guzmán, de 94 años. Ella fue partera y los momentos más felices fueron cuando trajo a este mundo a todos sus nietos. ¡Tremenda hazaña!

Le siguió la representante de Chiriquí, Irene González, quien puede contar muchas historias, pues tiene 112 años de edad, lo que la convierte quizás en la mujer más vieja de Panamá.

Doña Irene, quien vive muy cerca del Volcán Barú, aduce su longevidad al hecho de que ha comido mucha carne de ganado.

De Veraguas, la participante fue Herminia Ruiz de Polanco, una señora que supo superar la adversidad, pues quedó viuda joven y crió sola a 14 hijos, entre ellos, una niña discapacitada.

Los herreranos se sintieron complacidos con la señora Elvira de Mendoza, quien, además de ser una mujer extremadamente trabajadora, es una persona devota, que contribuyó a la construcción del templo Nuestra Señora del Rosario, ubicado en Chitré. Doña Elvira recogía conchas en las playas aledañas, las vendía y lo recaudado lo donaba a la iglesia.

Perfecta Martínez es quien llevó los colores de de Colón. Ella crió nueve hijos, todos gente de bien. Para llevarles el sustento planchaba, trabajaba en el monte y vendía plátanos. Eso sí, tenía bastante poder de convencimiento, porque su mercancía la vendía rápidamente.

Aquilina Pérez, de Coclé, dio una muestra de que nació para ser una mamá ejemplar. Ella tuvo nueve hijos, 29 nietos, 62 bisnietos y seis tataranietos.

Su gran corazón le permitió amamantar a un sobrino, cuya madre murió cuando él nació. Aquilina tenía para ese entonces una niña de seis meses y a ambos por igual le dio el alimento proveniente de su pecho. ¡Qué abnegación!

De Macaracas llegó la candidata de Los Santos, la señora Juana de Dios Núñez. Ella era buena cantalante y excelente trabajadora, que cortaba arroz y hacía cazuelas. Esta jocosa abuelita relató que su músico favorito era Gelo Córdoba.

Emilia Moreno fue la representante de Darién, y demostró el porqué fue escogida por un selecto jurado, ya que en la búsqueda de un mejor porvenir a sus hijos, aunque ama a la provincia verde, manifestó que es " chiricana hasta los huesos".

En este certamen hasta nos llegaron madrecitas deportistas. Lucrecia Díaz, de Kuna Yala, es fanática del baloncesto y lo practica, aunque ya menos. En su juventud también le encantaba el voleibol. Otro detalle que podemos resaltar de ella es que es amante de las tradiciones.

La última, pero no menos importante, fue la señora Inés Reyes de Vega, residente y fundadora de ciudad Jardín Mañanitas, es muy respetada por la gente de esta comunidad y la consideran sal de la tierra, porque es una mujer emprendedora.

Inés tenía varios años de no ver a una de sus hijas y a uno de sus hermanos, por lo que fue premiada por la producción al llevarlos, en ese momento brotaron las lágrimas de los presentes. Mayín Correa interrogó a la hija sobre porqué no había visto a su madre por tanto tiempo ( 15 años) y ella mencionó que por la distancia, pues vive en Tebario, Veraguas. Mientras tanto se escuchaba a lo lejos que Inés decía que ella era mala. ¡Upps!

Al final solo podía haber una ganadora y esa fue Herminia Ruiz de Polanco, que se llevó, entre otras, una casa valorada en 70 mil balboas.

De verdad fue un evento bonito.





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