Madre del tamborito


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Para los que quieren ayudarla pueden llamar al 6532-8080 (Noris) y 994-0271(Chico).

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Zenaida Vásquez / Los Santos - DIAaDIA

Mencionar el nombre de Crecencia Sánchez, “Mamá Chencha”, es referirse a la madre del tamborito santeño, pero ante su notoria ausencia, muchos se preguntaban qué era de ella. Bien, su condición de salud es precaria.

Noris Gutiérrez, hija de “Mama Chencha”, dijo que son pocos los que se acercan a conocer sobre el estado de su querida madre.

“Lamentablemente, mamá se encuentra en silla de ruedas. Encamada, pero a pesar de no hablar bien, ella balbucea sus necesidades”, expresó Gutiérrez.

La hija de esta amante del tamborito, manifestó que desde hace seis años, su madre empeoró: primero fue dolor en una pierna, luego le fallaba un pie, por ello dejó de ir a cantar en las tunas y ya hoy día se encuentra en silla de ruedas.

Sus hijos señalan que el médico les indicó que a su madre le dio tres veces derrame cerebral, pero en vista de que sufre de la presión baja y hemoglobina baja, los derrames no le dieron tan fuertes y por ello pudo resistir.

Sus siete hijos se turnan cada 15 días para cuidarla, la alimentan y la asean de muy buena manera, a pesar de que ninguno de ellos cuenta con trabajo estable.

Sin embargo, “Mama Chencha” tiene necesidades, ella misma balbuceando pidió repetidas veces que necesita una lavadora.

Noris Gutiérrez enfatizó que necesitan una lavadora, porque todos los días tienen que lavar las sábanas que se le colocan para que el orine no pase al colchón. También se le coloca baberos, debido a que tiende a botar mucha saliva.

Los médicos han solicitado un colchón especial al que le llaman huevito, pero hasta la fecha no lo han podido comprar.

A pesar de que ya no puede ir a las tunas, sus hijas, que saben que aún le gusta escuchar los tamboritos, la llevan de vez en cuando en silla de ruedas para que escuche las tunas y de esta manera se anime un poco.

La guarareña Crecencia, “Mama Chencha”, desde su humilde casa en La Tronosa de Las Tablas, balbuceó y le pedía al presidente Ricardo Martinelli y a la primera dama que le ayudaran con la lavadora y una licuadora para sus alimentos.

 
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