Un encuentro que nunca olvidarán, sobre todo porque es el primer compromiso que adquieren con la fe que primero abrazaron sus padres.
En la iglesia Nuestra Señora de La Merced, 31 niños recibieron su primera comunión, tal como se hiciera en antaño, el día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
Los rostros de los pequeños se vieron iluminados al momento en el que los padres les entregaban a sus hijos un cirio que representaba el fuego de la fe que desde ese momento debe reinar en sus corazones.
Los presbíteros Luis Jiménez y Juan Carlos Cabrera oficiaron esta misa, cuyo momento cumbre fue el momento en el que los niños y niñas recibieron el Cuerpo de Cristo convertido en pan.
El padre Juan Carlos Barrera señaló que aunque tiene poco tiempo de residir en Panamá, sabe que tradicionalmente la primera comunión se celebra en esta parroquia el 8 de diciembre.
Consideró que ésta es una tradición antigua en Panamá y que es muy bonito que se haga en el día en que se celebra a María, que siempre estuvo disponible, y dijo sí a Dios.
Reconoció que es muy significativo que los niños que reciban la Eucaristía digan que sí a Jesucristo, sobre todo en estos momentos en que se han perdido tanto los valores.
El sacerdote en su homilía utilizó una historia infantil de un espantapájaros y de un hombre malo que se comió el corazón del muñeco y que cambia su antigua alma por la de un ser bueno. Explicó que usó una metodología, ya que por ser niños no podía hablarles de la alta teología, porque no iban a entender, por lo que usó este cuento para decirle a los niños que la única manera que se puede cambiar el corazón de la persona es que se alimenten del corazón de Jesús para ser lo suficientemente bondadosos.
PARTICIPACION
Padres e hijos participaron en esta actividad, en la que reciben por primera vez el sacramento de la comunión.
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