Ninguna madre sale del recuerdo de su hijo, por más joven o adulto que este sea, tanto es así, que más lleno que cualquier restaurante, estaban los cementerios, en este caso el de Amador.
GOTAS DE EMOCIONES
En el Día de la Madre, aún bajo una pertinaz lluvia, muchos panameños quisieron honrar a ese ser que les dio la vida, que aunque en presencia no se encuentra, en sus corazones el recuerdo perdura.
Desde temprano muchos se vistieron para realizar esta visita especial, donde más que las palabras, los sentimientos fluían al recordar los mejores tiempos.
VISITA ESPECIAL
El Cementerio de Amador cobró vida ante la concurrida visita de los familiares de las mamitas fallecidas. Flores, arreglos, e incluso peluches adornaban sus tumbas.
Hermanas, amigas, suegras y abuelas fallecidas también tuvieron su visita especial. Pero no crean que sólo el día de ayer iban a ser visitadas, pues tanto amigos, como familiares, aclararon que cada vez que pueden, se dan su paseo por el cementerio para recordar.
TRABAJANDO DURO
En ese día tan especial, no sólo los familiares despertaron para visitar a sus queridas difuntas, también hubo gente que desde temprano salió a trabajar, como es el caso de los floristas, que ubicaron sus puestitos con frescas flores para que los familiares adornaran las tumbas.
RECORDANDO
Hijos, nietos, hermanos y familiares visitaron a sus queridas difuntas.
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