Negocio familiar. Con 15 años de experiencia en el entretenimiento de niños, la señora Norma Serrano relató cómo desde pequeña le gustó todo lo relacionado con los juegos infantiles y todo aquello que alegrara a los más pequeños.

Incluyó a su familia

Después de pasar unos años animando gratuitamente en diferentes iglesias de la capital, fue así como se dio cuenta que podría iniciar su propio negocio. Es allí donde empezó a trabajar con sus dos hijos y su esposo.

Dado este primer paso, Norma comienza animando en pequeñas fiestas y observando a otros payasos aprende algunos trucos. Pasados los años, sus hijos se perfeccionaron en diferentes artes. Su hija de 19 años, pinta diseños en el rostro a los niños y se viste de ratoncita, tigre, entre otros animales. Su otro hijo tiene 17 años y se pasea en zancos, mientras que su esposo le ayuda en los juegos y cantos infantiles.

EXPERIENCIAS Y RESULTADOS

Norma contó que lo más gracioso que le ha sucedido en toda su carrera fue la primera vez que se disfrazó de payasita y todos los niños asistentes al cumpleaños salieron huyendo, pero esto no la desanimó y siguió con su trabajo.

En cuanto al negocio, explicó que es bastante rentable, pues por cada presentación cobran B

100, pero dependiendo de la cantidad de niños que deben entretener y las horas que tienen que trabajar, rebajan los precios a la mitad cuando son actividades benéficas.

Esta familia no se avergüenza de trabajar como payasos, pues esto es como cualquier otro empleo y hasta mejor, ya que les da la oportunidad de trabajar con los mejores clientes del mundo que son los niños, quienes nunca tienen una mala cara ni mal gesto con ellos y siempre quedan satisfechos con sus actos.

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