Ayer fue un Día de la Madre que jamás olvidarán las familias colonenses que lo perdieron todo, luego de que el edificio 10, 133 de la Calle 11 Herrera y Bolívar se destruyó con un incendio.

A pesar de que en Colón llovió todo el día, la noche del martes y en la madrugada del 8, no cayó ni una sola gota de agua.

Era cerca de la 1:00 a.m. de ayer, Día de la Madre, cuando Eva Bermúdez, quien vivía con sus dos nietos en uno de los cuartos, se dio cuenta que el edificio se estaba prendiendo. “Corrí a tocar la puerta de mis vecinos y después tomé a mis dos nietos y salimos de ese lugar que ardía”, dijo la adulta mayor.

Así como lo hizo Eva, también Diana Pío salió corriendo, solo salvó lo que tenía puesto, algo de ropa y una toalla.

Mientras que el propietario del almacén Súper Muebles, que da a la Avenida Bolívar miraba con tristeza cómo se incendiaba la parte alta de su bodega donde se encontraban los muebles para la venta de diciembre.

El informe policial y de los bomberos es que dos menores estaban jugando con fósforos y ocurrió lo inevitable. Unos 23 cuartos se incendiaron dejando a unas 100 personas damnificadas.

El comandante Leonardo Román, jefe de los bomberos señaló que unas siete personas fueron rescatadas en la parte alta del inmueble contiguo al caserón que se incendiaba, mientras que un señor de apellido Palacios se negó a que lo bajaran, ya que estaba deprimido por este fuego.

Explicó que cuando llegaron, ya el fuego estaba declarado y utilizaron el agua de los carros cisterna. La ironía del destino es que la ciudad estaba inundada por fuertes aguaceros que cayeron todo el 7 de diciembre y sin embargo, a esa hora de la madrugada no llovió, pero después de controlarlo empezó a llover.