Te amo, Ivette

Me hubiera gustado que hoy fuera 8 de diciembre para que de esta manera mi madre pudiera ser parte de mi reconocimiento en esa fecha tan especial; sin embargo, como dijo una amiga muy cercana, el tratar bien a la madre se debe dar todos los d�as y no en la fecha en la que se le rinde homenaje.

Son muchos los sentimientos que siento al escribir esta columna, mi madre y yo tenemos una relaci�n muy unida, sus consejos y rega�os han hecho de m� la persona que soy y lo que ser�.

Mi madre es de las �malas�, esas que para dejarte salir ten�as que irle con la cantaleta como tres d�as antes y con mucha cautela, hay que recordar que como hija �nica la sobreprotecci�n es extrema. Aquella persona que para cerrar una llamada necesitaba de minutos extras, pues las bendiciones y los consejos hac�an cada vez m�s larga la conversaci�n. Una madre tan �mala� que si me demoraba 15 minutos en llegar a la casa me enteraba de su desesperaci�n, ya que m�s de cuatro amigas me llamaban implor�ndome que llamara a mi mam�.

La rabia y las molestias eran incontenibles, las discusiones por la �sobreprotecci�n� se hacen y se siguen haciendo latentes, pero cada vez con menos intensidad.

Pero miro a mi alrededor y veo todo lo que tengo gracias a ella, quien sola contra el mundo logr� sacarme adelante, quien por medio de una sonrisa me hac�a olvidar los momentos tristes y ha estado conmigo para ayudarme a superarlos.

En este espacio te doy gracias por todos los sacrificios que has hecho por m� y le pido a Dios encarecidamente que me d� vida y salud para darte algo de lo mucho que me has dado y que me puedas ver crecer profesionalmente como siempre lo hemos so�ado.

Esto es poco de lo mucho que siento por ti. Te amo, Ivette Anais Williams Laing.

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