Tres familias tendrán que desalojar sus casas, debido a que fueron consideradas como condenadas por el Cuerpo de Bomberos de David, en la provincia de Chiriquí.

El sismo que se registró el mes pasado provocó grandes afectaciones en las residencias que ahora ponen en peligro sus vidas, en caso de repetirse un movimiento de tal magnitud.

Este es el caso de Margarita Morales Contreras, de 74 de edad, residente en la comunidad de Llano Grande Arriba.

Su vivienda es de barro y las paredes están rajadas, por lo que debe ser demolida y construida de nuevo.

Allí viven seis personas y la situación es critica, ya que, según cuenta Margarita, lo que ganan sus hijos no es suficiente para reparar los daños.

"Es difícil, porque el dinero no alcanza para nada y temo que un día de estos la casa se me venga abajo y no tenga dónde dormir", mencionó.

Aunado a esto, una de sus nietas sufre de retardo mental y epilepsia. Además, la señora Margarita es diabética y desde hace seis meses tiene úlceras en ambas piernas, que en ocasiones no le permite caminar.

También hay otras dos casas afectadas; una está ubicada en el centro de la ciudad y aunque está deshabitada, es un peligro para los vecinos. La otra casa se encuentra en calle octava.