Hay quienes creen que interpretar un personaje es cosa fácil. Primero se dejan de lado muchas cosas para poder compenetrarse en lo que se ha de interpretar. Lo cual no es fácil y toma para algunos tiempo, práctica y destreza. Lo primordial es la disponibilidad para encarnar al personaje. Se le presta el cuerpo. Se retraen emociones y sentimientos. La memoria es a veces el instrumento para la interpretación. Desde adentro, con la química, con lo orgánico, se logra mucho. Es lo que hace la diferencia entre el artista y el mero imitador o entre la estrella del simple actor.
Llevar al público a reaccionar, a creer en la historia, a reír o a llorar, a reflexionar o a pensar, a aprender o a simplemente divertirse, es una gran responsabilidad que tiene el actor o la actriz en escena. Hay quienes innatamente traen el talento, mientras otros lo van aprendiendo y desarrollando. Pero igual, tienen a bien contar la historia que se le encarga con el profesionalismo esperado por la audiencia que va a verlos y a escucharlos. La guía es muy necesaria. Productores, directores y escritores han de mostrar el camino al intérprete. Ayudarles a entender el carácter de los personajes, para luego dejarles en soltura captar y demostrar la esencia de estos. Cuando esto no es así, está el fracaso, la decepción, la mala crítica y el desvío de la historia que se quiso contar. No hay que dejar de lado que cuando se interpreta una historia previamente conocida, la gente tiene una gran expectativa. Espera lo mismo o algo que lo supere, pero que nunca degenere o que quede por debajo. Hay que hacer el trabajo con seriedad y entrega. Hay que hacer la tarea investigativa, asegurarse de acercar al observador a lo más cerca de la realidad de lo que se cuenta, convencer porque el actor o la actriz deben ser los primeros en estar convencidos. Si ellos creen en la magia, lo creerá el resto. Bueno, amigos actores, ¿qué es aquello que tienen para el público exigente de hoy? Sea lo que sea, prepárenlo todo con especial atención y amor, porque habrá quienes creamos y contemos bien su historia. Esperamos vernos en escena.