Locutores ofrecen disculpa

Siguen en el ojo de la tormenta. Los locutores australianos que llamaron e hicieron una broma a una enfermera del hospital donde estaba internada la duquesa de Cambridge por un malestar de su embarazo, dieron la cara ayer y reconocieron que su broma fue demasiado lejos.

La llamada telefónica, donde se hicieron pasar por la reina Isabel II y su hijo el príncipe Carlos, se transmitió en su estación de radio e incluso festejaron haber recibido información confidencial del estado de salud de la duquesa Kate. Pero cualquier logro conseguido con el chiste se borró por la indignación mundial después de que se supo de la muerte, todavía sin explicar, de Jacintha Saldanha, la primera enfermera con la que hablaron. “No hay un minuto que pase que no pensemos en su familia y lo que deben estar pasando”, dijo Mel Greig a la estación 2DayFM con voz temblorosa. “Y el pensamiento de que posiblemente tuvimos que ver en esto es sobrecogedor”.

Mel Greig y Michael Chistian hablaron por primera vez de la broma que provocó indignación, amenazas de muerte y exigencias de que fueran despedidos.

Ambos locutores se disculparon y lloraron cuando les preguntaron sobre el momento de enterarse de la muerte de la enfermera. Dijeron que no pensaron antes de hacer la broma y que directivos de la estación de radio autorizaron transmitirla al aire.

Ambos están recibiendo atención sicológica para lidiar con la tragedia.