Lo que se comenta después que metieron preso a Pedro Solís por el caso de las casas mal hechas de PRONAVI, es que los platos rotos los están pagando quienes menos tienen que ver en el asunto.
No es que Solís no sea responsable (en todo el sentido jurídico), sino que es uno de los que menos se acercó a la toma de decisiones que provocaron que la vida de muchas familias panameñas se llenaran de luto y frustraciones. Los gamonales verdaderos todavía andan sueltos por ahí, y hay que meterlos a la jaula también.
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