Los mejores bollos

Su puesto, ubicado en La Chorrera, tiene visitantes a cualquier hora, y es que Julián sabe que tratar a las personas con cariño y don de gente es la clave para vender sus productos que, por lo general, son tres tanques repletos de bollos.

Su ardua labor le permitió educar a dos de ocho hijos y cubrir las necesidades básicas de los demás, lo que lo ha hecho un padre ejemplar.

Sus comienzos

Al principio se dedicaba a vender legumbres, pero cuando la situación se puso difícil, buscó otros rumbos, y hoy cumple 10 años de estar vendiendo bollos de maíz nuevo.

Labor diaria

Son las tres de la mañana, es la hora indicada para que Julián se levante y empiece a preparar los bollos que tanto gustan.

Pero todo funciona mejor con sus ayudantes, quienes le dan la mano todos los días para que a las 10:00 a.m. el producto esté listo para la venta.

“Hay dinero, solo búsquelo”

Julián afirmó que en “la hermosa ciudad de La Chorrera hay mucho en qué invertir, solo hay que imponerse metas y el futuro dará un gran giro”.