
El general junto a su séquito.
Fotos: ARCHIVO
El general junto a su séquito.
Fotos: ARCHIVO
El general junto a su séquito.
Fotos: ARCHIVO
Las calles estaban destrozadas y las personas aterradas.
Centenares de miembros de la Cruzada Civilista clamaban justicia.
Cuando estaba en manos de la justicia estadounidense.
El general junto a su séquito.
Fotos: ARCHIVO
Las calles estaban destrozadas y las personas aterradas.
Centenares de miembros de la Cruzada Civilista clamaban justicia.
Cuando estaba en manos de la justicia estadounidense.
El general junto a su séquito.
Fotos: ARCHIVO
Las calles estaban destrozadas y las personas aterradas.
Centenares de miembros de la Cruzada Civilista clamaban justicia.
Cuando estaba en manos de la justicia estadounidense.
El general junto a su séquito.
Fotos: ARCHIVO
Las calles estaban destrozadas y las personas aterradas.
Centenares de miembros de la Cruzada Civilista clamaban justicia.
Cuando estaba en manos de la justicia estadounidense.
El general junto a su séquito.
Fotos: ARCHIVO
Las calles estaban destrozadas y las personas aterradas.
Centenares de miembros de la Cruzada Civilista clamaban justicia.
Cuando estaba en manos de la justicia estadounidense.
Muchas son las anécdotas que encierran este histórico, pero a la vez misterioso personaje. Miles de personas en el país, niños, jóvenes, e incluso individuos que vivieron la dura época de la dictadura, desconocen detalles de la vida del que para muchos aún sigue siendo el “hombre fuerte de Panamá”.
El 11 de febrero de 1934 la comunidad de Guachimango en Santa Ana no imaginó recibir a quien años después se convirtió en una de las figuras más influyentes de Panamá y del mundo, Manuel Antonio Noriega.
Se graduó en el Instituto Nacional, siendo un estudiante distinguido, esto lo llevó a ganarse una beca en la Escuela Militar de Chorrillos, en Perú, donde se graduó de subteniente. A los 22 años entró a la Guardia Nacional.
Los ascensos
En 1962 el MAN ejercía el cargo de jefe de la Zona Militar de la Guardia Nacional, puesto que desempeñó durante seis años. Más tarde, en 1970, fue ascendido a jefe de Inteligencia G-2 por su partición en el golpe militar que llevó a Omar Torrijos al poder.
Las denuncias
Desde la llegada de Noriega al mundo político muchas fueron las acusaciones que se le formularon, la mayoría de ellas eran hechas por sus opositores, como el doctor Hugo Spadafora, quien aseguraba que el “Tony” tenía fuertes nexos con el narcotráfico.
Al igual que Spadafora, su máximo opositor en este entonces, Arnulfo Arias decía que Noriega participaba en el contrabando de armas y narcotráfico.
Lo ligan con muerte
Poco después de las denuncias de Spadafora, este fue encontrado decapitado en la frontera tico-panameña. La mayoría de las miradas recaían sobre Noriega como autor intelectual de la muerte.
Siguieron los escándalos
Más adelante, el general Manuel Díaz Herrera acusó formalmente a Noriega por la muerte de Spadafora, por participar en la muerte de Omar Torrijos y formar parte del fraude en las elecciones de 1984, estas palabras se hicieron oídos sordos en el general, quien le dio de baja en su cargo de segundo al mando en la jerarquía militar.
Las presiones
En 1988 Estados Unidos hizo un bloqueo abierto a Panamá, tanto así que las entradas y salidas de dinero estaban controladas, ocasionando una gran crisis económica.
Un año más tarde, en 1989 Guillermo Endara ganó las elecciones, pero los opositores aseguraron que hubo un fraude, razón por la cual los seguidores de Endara salieron a las calles a protestar siendo fuertemente reprimidos por las Fuerzas de Defensa. Las elecciones se anularon por interferencia extranjera, meses más tarde Francisco Rodríguez, aliado de Noriega, asumió la Presidencia de la República.
Uno de los enemigos del “hombre fuerte de Panamá”, y quien también fue presuntamente asesinado por mandato de Noriega, fue el mayor Moisés Giroldi Vega, quien hizo un intento fallido golpe de Estado.
Giroldi fue asesinado ese mismo día junto a Juan José Arza, León Tejada, Edgardo Sandoval, Jorge Bonilla, Ismael Ortega, Francisco Concepción, Feliciano Muñoz y Erick Murillo, ocho de las 11 personas asesinadas en la denominada “Masacre de Albrook”.
Comienzo de guerra
Ese mismo año, Panamá se encontraba en estado de guerra con Estados Unidos, ya que Noriega se convirtió en jefe de Gobierno luego que la Asamblea Nacional así lo decidiera.
El presidente de Estados Unidos en este entonces, George Bush, ordenó la invasión de sus fuerzas en diversos puntos del país la madrugada del 20 de diciembre, a fin de capturar al “hombre fuerte de Panamá”. A raíz de esto, durante dos semanas el general pidió amparo en la Nunciatura Apostólica de Panamá, donde se entregó el 3 de enero de 1990.
Durante los días de invasión de Estados Unidos hubo fuertes enfrentamientos entre civilistas y miembros del Batallón de la Dignidad (seguidores de Noriega) y militares estadounidenses.
Los juicios
Después de entregarse, Noriega fue fuertemente custodiado hacia una cárcel en Florida, después de distintos intentos de juicio, finalmente en 1991 se le condenó por tener encima de sus hombros 10 delitos de narcotráfico, meses más tarde, fue condenado a 40 años en prisión por ocho cargos de narcotráfico. Su buen comportamiento llevó a que sus condenas se redujeran a 20 años de prisión. Permaneció allí durante 17 años, hasta ser trasladado a Francia el 27 de abril de 2010 y fue recluido en la prisión de La Santé, en París en donde se le condenó a siete años de prisión por el delito de blanqueo de 2.3 millones de euros.
Tras fallidos intentos de extradición a Panamá, finalmente en junio del 2009, Estados Unidos dio el consentimiento a Francia para que Noriega fuera extraditado al país. Luego, el 23 de septiembre, un juez en Francia le da libertad condicional a Manuel Antonio Noriega para ser extraditado a su país natal.