La Navidad hace de diciembre un mes estratégico para sentarnos a planificar lo que tengamos en mente como meta para el venidero año. Planificar es pensar anticipadamente para determinar el curso de una acción que produzca un resultado que deseamos.

En este tiempo debemos visualizar el 2005, no como las víctimas de la crisis, sino positivamente, desde el aspecto monetario, la distribución de nuestro tiempo y de nuestra disposición a ejercer actividades que nos mantengan la mente ocupada.

Siga los siguientes consejos para comenzar con buen pie el año, proponiéndose ese cambio tan favorable para usted y su entorno familiar:

Analice en dónde se ubica ahora, evalúelo desde diversos puntos de vista: Su trabajo, su relación personal de pareja, la relación con sus hijos, su profesión o nivel de estudios, las actividades extracurriculares, sus compromisos, sus deudas, ahorros, su lista de pendientes por realizar, entre otras.

Pregúntese a dónde quiere llegar: Sería increíble que desarrollara su propósito junto con su familia.

Defina sus metas y para cuándo cree que las cumplirá. Planifique posibles cambios para que sean metas alcanzables.

Cuantifique en dólares y tiempo esos posibles cambios para que puedan cumplirse sus metas. Que el inicio de esta hermosa Navidad llene de calidez, momentos de quietud y calma, de sensibilidad y mucha luz a su familia y su hogar.