Mariela Pascual, una mujer con muchas ganas de trabajar. A sus 48 años, no hay nada que le quite la voluntad de seguir luchando por su familia, a pesar de que las cosas se le aprieten, porque la economía no es la mejor. Pero su familia es más importante y por eso sale todos los días, incluyendo fines de semana, para buscar los realitos. Se dedica desde hace tres años a la buhonería. Vende pastillas, toallitas, juguetes y hasta gorras de Navidad.
Vive en Pan de Azúcar con algunos de sus hijos y sus padres. Dijo que hace unos meses le atropellaron a su padre y que ahora no puede caminar, por lo que las responsabilidades se le hacen cada vez más difíciles, pues tiene que cuidarlo.
Su puesto de buhonería está ubicado en el centro comercial de Ojo de Agua, donde junto a uno de sus hijos vende su mercancía.
Dijo que decidió salir a la calle y dedicarse a ese trabajo, porque es mejor que no estar haciendo nada. Se instaló en el lugar, ya que consideró que había un flujo comercial que le ayudaría a conseguir su dinero diario.
La mercancía la compra al por mayor, y a veces gasta de 5.00 a 10.00 dólares. Pero su ganancia, dijo, es buena durante el mes de diciembre, ya que en los otros meses la cosa se le pone difícil y tiene que ver cómo sobrevive. Sin embargo, esta mujer no desmaya, sigue trabajando así la situación no sea la mejor, porque para ella es más importante insistir en la venta que quedarse en su casa sin buscar el sustento diario.
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