El amanecer de la comunidad de Guadalupe, en La Chorrera, tuvo un toque distinto ayer.
Su santa patrona, la Virgen de Guadalupe, recibió serenatas con mariachis al mejor estilo de México, donde fue su aparición, desde las 6:30 de la mañana.
La comunidad parroquial le rindió honores asistiendo al evento y participando en la sagrada eucaristía que presidió el sacerdote Raúl Peregrina.
La voz potente y profunda de la niña Stephanie Michell García, acompañada del mariachi Garibaldi, arrancó más de una lágrima entre la feligresía, que escuchaba emocionada el tributo que se le rendía a su querida y venerada guadalupana.
Y es que la historia de la Virgen de Guadalupe es un himno a la humildad. No se le apareció a ningún potentado, sino a un indígena llamado Juan Diego, en una colina del Tepayá. "Pedid con paciencia, que yo soy la piadosa madre", fue uno de sus mensajes al jovencito, que hoy es un santo de la iglesia católica, canonizado por Juan Pablo II.
En horas de la tarde, después de la procesión solemne, la santa misa se celebró al estilo panameño, con la participación de un ícono de La Chorrera: el Ñato Califa.
TRABAJO EN EQUIPO
La celebración no se circunscribió al ámbito eclesial, sino que jóvenes y adultos, trabajando en equipo, organizaron una feria y un espectáculo artístico durante tres días, que incluyó una noche de talentos, una noche de coros y, en la tarde de ayer, estrellas nacionales deleitaron a los devotos en los terrenos de la parroquia.
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