Tu fortuna

Redacción | DIAaDIA

Cuentan que un día bajó el Señor a la Tierra en forma de mendigo y se acercó a casa del zapatero y le dijo: "Hermano, hace tiempo que no como y me siento muy cansado, aunque no tengo ni una sola moneda quisiera pedirte que, por favor, me arreglaras mis sandalias para poder seguir caminando".

El zapatero le dijo: "¡Yo soy muy pobre y ya estoy cansado de que todo el mundo venga a pedir y nadie viene a dar!" El Señor le contestó: "Yo puedo darte lo que tú quieras". El zapatero preguntó: "¿Dinero, inclusive?" El Señor le respondió: "Yo puedo darte 10 millones de dólares, pero a cambio de tus piernas".

"¿Para qué quiero yo 10 millones de dólares si no voy a poder caminar, bailar o moverme libremente por donde quiera?", dijo el zapatero. Entonces, el Señor replicó: "Está bien, te podría dar 100 millones de dólares a cambio de tus brazos ".

El zapatero le contestó: "¿Para qué quiero yo 100 millones de dólares si no voy a poder comer solo, trabajar, jugar con mis hijos, acariciar a la mujer que amo?"

Entonces, el Señor le dijo: "En ese caso, yo te puedo dar 1000 millones de dólares a cambio de tus ojos". El zapatero respondió asustado: "¿Para qué me sirven 1000 millones de dólares si no voy a poder ver el amanecer, ni a mi familia y mis amigos, ni todas las cosas que me rodean y que me hacen feliz con su sola belleza?"

El Señor, posando la mano en su hombro y mirándolo con una inmensa ternura, le dijo: "Ah, hermano mío, ya ves qué fortuna tienes y no te das cuenta".

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