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Educadora con vocación
Dhasia Vanegas. (Foto: Hermes Gonzalez / EPASA)

Didier Hernán Gil | DIAaDIA

En los últimos tres meses, Dhasia Vanegas ha recibido una gran lección. Sucede que es docente y aspiraba a una estabilidad laboral, ya que estuvo ocupando vacantes por once años en el Ministerio de Educación, sin embargo, no alcanzó el nombramiento.

Para la gloria de Dios, hace aproximadamente unos 90 días que ella recibió una oferta de trabajo en Casa Esperanza, luego de haber enviado su hoja de vida por correo electrónico.

Dhasia manifestó que al llegar a Casa Esperanza se encontró con niños que necesitaban de educación, cariño y muchas ganas de vivir.

"He descubierto que esos niños tienen muchas capacidades y ese talento no lo habían explotado. Ellos se merecen mucho apoyo", dijo.

En este lapso, Dhasia admitió que aunque la mayoría de los niños que atienden son de Curundú, se lleva la satisfacción de que ellos son personas que merecen apoyo y pueden hacer sus aportes a esta sociedad.

En Casa Esperanza, esta ciudadana que reside en Sinaí- Veranillo, en San Miguelito, se encarga de orientar a los pre-escolares y algunos grupos de adolescentes. Junto a ellos realiza las tareas diarias, desarrollan talleres y participan en actividades deportivas.

Esta experiencia también le ha permitido conocer a los padres de familia de los jóvenes en riesgo social y juntos proponerse metas para alcanzar una mejor calidad de vida.

"Pensé que con más de diez años de servicio conocía todo como docente, pero cada día es una experiencia nueva y gratificante", destacó.

Cada niño llama a esta maestra por su nombre, como símbolo de confianza y respeto, en Casa Esperanza.

FAMILIA

Dhasia dijo tener dos hijos a quienes aseguró darles calidad de tiempo, pues labora de 8: 00 a.m. a 5: 00 p.m.





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