Cuando se tienen niños en casa es importante estar pendiente de ellos, pues tienden a tocar los tomacorrientes y los cables de las luces, que puede ocasionar una tragedia.
El electricista Luis Mejía expresó que uno de los grandes peligros son los alambres pelados que, por lo general, se van deteriorando a medida que pasa el tiempo. Un ejemplo de ello son las luces que se guardan de un año para otro.
Otra de las consecuencias sería un cortocircuito que terminaría en incendio si las luces con alambres pelados son colocadas en árboles de pino, pues contienen brea, un residuo inflamable.
Así que antes de instalar las luces, revíselas y cerciórese que están en buen estado, ya sea que estén viejas o nuevas.
¿Cómo conservarlas?
Las luces deben ser removidas del árbol con gran cautela, pues después de cierto tiempo es probable que estén enredadas. Luego, enrrollarlas con cuidado para que no se rompan los bombillos y evitar que los alambres se quiebren.
Se pueden envolver en papel periódico (cada extensión de luz por periódico, no pueden estar juntas), pero al momento de guardarlas no se debe presionar con nada.