
Luzmina Jallil, una mujer soñadora.
Fotos: CORTESIA
Luzmina Jallil, una mujer soñadora.
Fotos: CORTESIA
Luzmina Jallil, una mujer soñadora.
Fotos: CORTESIA
Muñecas de vestidos indígenas.
Muñequitas de todos los tamaños.
Lindo gatito hecho de trapo y encaje.
Muñequitas de trapo pintadas con pintura acrílica.
Luzmina Jallil, una mujer soñadora.
Fotos: CORTESIA
Muñecas de vestidos indígenas.
Muñequitas de todos los tamaños.
Lindo gatito hecho de trapo y encaje.
Muñequitas de trapo pintadas con pintura acrílica.
Luzmina Jallil, una mujer soñadora.
Fotos: CORTESIA
Muñecas de vestidos indígenas.
Muñequitas de todos los tamaños.
Lindo gatito hecho de trapo y encaje.
Muñequitas de trapo pintadas con pintura acrílica.
Luzmina Jallil, una mujer soñadora.
Fotos: CORTESIA
Muñecas de vestidos indígenas.
Muñequitas de todos los tamaños.
Lindo gatito hecho de trapo y encaje.
Muñequitas de trapo pintadas con pintura acrílica.
Luzmina Jallil, una mujer soñadora.
Fotos: CORTESIA
Muñecas de vestidos indígenas.
Muñequitas de todos los tamaños.
Lindo gatito hecho de trapo y encaje.
Muñequitas de trapo pintadas con pintura acrílica.
Una mujer feliz y agradecida con Dios. Luzmina Jallil, a sus 40 años, dice sentirse con todas las energías del mundo y cada día más joven. Ella recuerda que cuando tenía 8 años, le encantaban las muñecas e hizo un muñeco de gato con una media para dársela de regalo de cumpleaños a su abuelita. De allí, empezó la idea de hacer diferentes tipos de muñecas y con toda clase de materiales.
Ella es la dueña y dependienta de Luzmina's Corner. Diseña bisutería con materiales reciclados y muñecas de trapo inspiradas en la gente de su “bello Panamá”, dice.
“Me encanta una buena carcajada, disfrutar de la vida, hacer amistades y disfrutar de la naturaleza; son mi gran fuente de inspiración y, por supuesto, mis hermosos hijos”, aseguró.
Jallil vive en la comunidad de Vista Alegre, en Cativá de Colón, donde también tiene su taller.
Una mujer que toda su vida soñó con tener su propio negocio de muñecas dice que nunca imaginó la fama que alcanzaría desde el año 2005 cuando pudo levantar su negocio.
Luzmina dice que cuando ella tenía 15 años, su padre le obsequió $50.00 para que ella se comprara un regalo; sin embargo, con ese dinero lo que hizo fue comprar materiales para iniciar una primera venta de muñecas. Usó desde cartones, latas de soda, vasijas de helado, tubos de papel higiénico y se las ingenió para poder hacer sus creaciones.
Fueron muchas las personas a las que les empezaron a gustar y ella fue ahorrando hasta que con lo que ganaba, iba invirtiendo y logró el sueño de su vida.
Los precios de sus muñecas van desde los $2.00 hasta los $75.00, y dice que cada vez son más las personas que le escriben a su correo para hacerle pedidos, “estoy orgullosa de lo que hago porque lo hago con mucho amor”, dijo.