Recobre la magia
Es muy triste que nuestros niños no puedan disfrutar de ese gozo.

Evidelia Velásquez | DIAaDIA

Debido a la pobreza y ese vivir tan apresurado que tiene el hombre moderno, se ha olvidado de disfrutar lo bella que es la Navidad, ha perdido el significado de su esencia.

Ya los niños no esperan el día 24, a las doce de la noche, con aquella ilusión de saber qué trajo el Niño Dios, porque los padres no cultivan en los hijos esa esperanza y juntos van a comprar lo que desean para Navidad.

En antaño, hasta la ropa que se usaría para festejar el 25 era una sorpresa; los niños tenían una creencia y una ilusión, esta celebración era mágica, era algo tan hermoso que llenaba el alma de felicidad.

Es muy triste que nuestros niños no puedan disfrutar de ese gozo, que casi todos los padres que en este momento tienen de 45 años en adelante, disfrutaron.

Tal vez es difícil arraigar en el corazón de los niños presentes y futuros ese amor, esa magia e ilusión, a causa del consumismo y la comercialización de la Navidad; pero lo que no se cultiva, no se aprende.

Cultivar en los niños valores es el mayor trabajo de los padres, y uno de los propósitos de la Navidad es llenar el corazón del ser humano de solidaridad, de amor, humildad, para que éste sea un mundo mejor, con seres más comprensivos y respetuosos.

En esta Navidad, trate de dedicar un instante de su apresurada existencia para enseñarle a sus hijos lo que es el verdadero "Espíritu de Navidad".

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