Lo que la opinión pública estadounidense sospechaba, que el dopaje en el béisbol profesional de las Grandes Ligas durante las décadas de los 80 y 90 era algo permitido por todos sus responsables, fue confirmado ayer por el ex senador demócrata George Mitchell en su informe sobre el dopaje.
"Todas las partes involucradas con el béisbol en las dos últimas décadas -comisionados, directivos, sindicato de peloteros y jugadores- comparten de alguna forma la responsabilidad por la era de esteroides", dijo Mitchell. "Hubo una falla colectiva para reconocer el problema cuando surgió y atajarlo desde el principio".
Mitchell, en rueda de prensa, fue categórico al destacar que el béisbol de Grandes Ligas y el Sindicato de Jugadores comparten la culpa por tolerar una cultura amplia de abuso de drogas y esteroides, "violando" la ley.
"Cada uno de los 30 equipos de las Grandes Ligas tenían a uno o varios jugadores que consumían sustancias prohibidas y era permitido por los directivos y el sindicato", subrayó Mitchell. "Todos fueron responsables de esta realidad negativa, que tanto daño ha hecho al deporte y a su credibilidad".
Mitchell también asigna culpas por el aumento en el uso de drogas para mejorar el rendimiento en el béisbol "desde el tope hasta el fondo", y recomienda que los directivos y el sindicato accedan a buscar una agencia externa a su control para hacer las pruebas de dopaje.
El ex senador da a conocer los nombres de jugadores estelares como los lanzadores Roger Clemens y Andy Pettitte, el paracorto dominicano Miguel Tejada y el cubano Fernando Viña, entre los peloteros que han podido consumir sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento.
Por su parte, el veterano lanzador Roger Clemens se convirtió en el primero en negar de manera oficial su implicación en el dopaje durante la década de los 90.
MEDIDA
De acuerdo con el informe es necesario una mayor transparencia en el programa antidopaje, como debe ser el nombrar las drogas a las que se da positivo.
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