El que quiere puede. Lázaro Chirú empezó su profesión de zapatero, como ayudante de uno. Desde los 23 años, comenzó a aprender el arte de la mano de un amigo.
Por su buena disposición y desenvolvimiento, cada vez le daban más trabajo, que sin dificultades realizaba.
Con el tiempo, Lázaro decidió que ya era suficiente servir a otros, y se lanzó al ruedo solo. "Poco a poco", como él mismo expresó, fue creciendo. Varios locales alquilados le han servido para prestar sus servicios.
El último, y uno de los más exitosos, aunque también uno de los más pequeños, ha sido el que estableció en la Avenida Cuba entre la Lotería Nacional de Beneficencia y el Tribunal Electoral.
Pese a las limitaciones de espacio, Lázaro se las ha ingeniado para trabajar y poder cumplir con la gran demanda que tiene. Ya son dos años los que lleva en el mismo lugar. Muchos de sus clientes son los funcionarios de las oficinas cercanas.
Con su trabajo, Lázaro ha logrado dar lo necesario a su hija y mantener su casa en Tocumen. A todos los que estén intentando independizarse en sus trabajos o empezar pequeñas empresas, Lázaro los incentiva a continuar el esfuerzo, ya que él es el mejor ejemplo de que se puede lograr.
BARATO
Donde Lázaro, usted podrá, desde arreglar las tapitas de sus zapatos hasta forrarlos con tela, a buenos precios.
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